Existen algunos errores garrafales que algunas mamás cometemos en el trato diario con nuestros pequeños, lo que nos pasa una altísima factura, cuando de pronto nos encontramos ante un niño malcriado, caprichoso, rebelde o que hace rabietas.

¿Qué hemos hecho mal?, nos preguntamos. El psicólogo Juan Pablo Arredondo, licenciado en el manejo y atención de niños, adolescentes y adultos, nos da una lista de lo que No debes hacer.

1. Responder ante un berrinche. Nada que sea pedido a través de un berrinche debe de otorgarse, ni antes, ni durante, ni después del berrinche. Porque los niños van aprendiendo el caminito a través del cual obtienen lo que quieren y recurren cada vez más a esta indeseable estrategia de chantaje.

Qué hacer: No hacer caso en absoluto al niño berrinchudo. Los berrinches que no tienen público no se dan.

2. Perder el control. Si como mamás estamos enojadas y actuamos con impotencia o desesperación, los pequeños aprenden que son capaces de alterar nuestro equilibrio, invirtiéndose los papeles.

Qué hacer: Permanecer en modo cool, esa es la fórmula absoluta.

3. No esperes a que tu hijo se porte mal para darle atención. Nada es peor que permanecer indiferente hacia un niño excepto cuando se porta mal, que es cuando lo castigamos molestas. El motor de la conducta infantil es captar atención, incluso no importando el precio que tenga que pagar para obtenerla. Así un niño reciba golpes, gritos o sombrerazos,  si está captando atención, va a reforzar el mal comportamiento.

Qué hacer: Lo contrario, prestarle atención y felicitarlo cuando se porta bien, e ignorarlo cuando se porte mal.

Conclusión: Nunca hagas caso a un berrinche, ignóralo. Nunca corrijas a tu peque si estás emocionalmente cargada de desesperación, ponte en modo cool. Dale atención cuando se porte bien y no le hagas caso si se porta mal, nunca al revés.