Pues yo creo que no. Al menos no como existe sí en los animales y como seguramente existía en las mujeres al inicio de la historia de la humanidad. Quizás otras mamás no estén de acuerdo con lo que afirmo, y lo entiendo, les hablo desde mi propia experiencia y cada mujer, cada experiencia de maternidad es única e irrepetible.

¿Y por qué esta rebeldía mía contra el instinto materno? Porque cuando en las madrugadas me despertaba el llanto de mi bebe (o sería más preciso decir, “me despierta” el llanto de mi bebe) no vino a mí una respuesta instintiva que me hiciera saltar de la cama de forma automática y sin esfuerzo. No, lo único que quería mi cuerpo cansado era darse la vuelta y seguir durmiendo, cada fibra de mis músculos querían hacer oídos sordos y seguir durmiendo porque las malas noches acumuladas pasan factura al físico, y si cada noche me paré (y me paro) para amamantar, cuidar, acompañar a mi bebe no fue (al menos para mí) por instinto, sino más bien por decisión.

Decisiones maternas sí que existen para mí. Decidimos en cada momento y en esas decisiones ponemos todo nuestro amor, nuestra ilusión (nuestra ignorancia también) y nuestros aprendizajes, consejos recibidos, etc. La misma lactancia, para quienes hemos apostado por ella, ha sido para mí una aventura que ha requerido toneladas de decisión, sobre todo para aguantar el dolor, la necesidad de control (estará tomando o no lo suficiente), la permanente disponibilidad y un largo etc.

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Y son la suma de estas decisiones las que nos van haciendo crecer como mamás, imperfectas, reales, con miedos, alegrías y todas nuestras angustias y medianas certezas. Si algo he descubierto en estos 10 maravillosos meses es que me hace feliz saber que puedo y quiero elegir la mamá que quiero ser. No hay un chip, no hay respuestas ni caminos únicos. El pediatra es una guía enorme, nuestra propia mamá y nuestras amigas mamás también lo son, nuestro esposo, pareja, es la columna que nos sostiene.

Al final igualmente no hay (al menos para mí) un instinto que nos diga “este es el camino”, “esta es la respuesta correcta, la forma correcta”. Nos toca elegir y aunque sea aterrador, y se nos vaya el aliento muchas veces, qué regalo más hermoso poder decidir la mamá que queremos ser.

Y en clave de coaching, me gustaría preguntarte a ti:

¿Qué decisiones has tomado como “mamá”?, ¿Cuáles te resultaron más difíciles?, ¿Y de cuales te sientes más orgullosa?

Estaré encantada de acompañarnos en este recorrido de crecer como mamás. Nos volvemos a encontrar pronto.

Por Andrea Leciñana – Mamá, Psicóloga y Coach en Desarrollo Personal y Liderazgo
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